jueves, 11 de mayo de 2006

¡Pa Sevilla Va! ¡Sevilla Campeón!

Fenomenal. Inmenso. Grandioso. Apoteósico. Cualquier apelativo se queda corto para el partidazo que disputó ayer el Sevilla, en el que proclamó campeón de la Copa de la UEFA 2005/06 en la temporada de su centenario.

Los de Juande Ramos, en un estadio a rebosar, con una afición enfervorizada que les llevó en volandas durante todo el encuentro, supieron afrontar el encuentro a la perfección. Sin miedos, sin ataduras, sin complejos. Desarbolaron desde el principio a un Middlesbrough que sólo creó peligro a Palop en un remate a bocajarro de Viduka (ya con el 1-0) que supo despejar perfectamente el cancerbero sevillista, en lo que fue la parada de la noche.

Desde el primer momento se vio que el dominio de la pelota sería sevillista, y así fue. Tocando y tocando, buscando huecos, atacando las bandas con Alves y Adriano, el Sevilla se acercaba más y más al gol. Un gol que llegó en el minuto 26. Centro de Alves desde la derecha y cabezazo inapelable del criticado Luis Fabiano pegado al poste izquierdo de la portería del enmascarado Schwarzer. Delirio en las gradas. El Sevilla estaba más cerca de la gloria europea. Con la ventaja en el marcador, el Sevilla siguió con su juego y atacando sin cesar. El "Boro" se estaba llevando un baño de los que hacen historia.

En la reanudación, los de Juande tuvieron una ocasión para sentenciar en las botas de Adriano. Su zapatazo desde fuera del área describió una parábola preciosa, pero no encontró portería. Y un minuto después, el susto. Falta que bota el ex-barcelonista Fabio Rochemback, la toca Riggott la toca en el segundo palo y Viduka, completamente solo, remata a bocajarro. Milagrosamente, Palop detuvo el disparo y salvó a su equipo del empate. A partir de ahí apretó el Middlesbrough, con una falta de Hasselbaink que salió rozando el larguero y un tiro de Viduka que salió a pocos centímetros del poste de la portería nervionense. Entonces, el futuro seleccionador inglés, Steve McClaren, se jugó el todo por el todo. Sustituyó al lateral izquierdo Queudrue para dar entrada a Yakubu. Sin embargo, esta decisión le costaría muy caro a su equipo.

En el 78, un contragolpe perfectamente conducido por Enzo Maresca acabó con el balón en las redes inglesas. Pase de Enzo a Navas, quien, desmarcado, cede la bola a Kanouté, que remata cerca del área pequeña. En un primer instante salva el australiano Schwarzer, pero ahí estaba Maresca, muy atento, para anotar el 2-0 que desató la locura en las filas sevillistas. Cinco minutos más tarde, un rechace en la frontal del área cae a los pies de Maresca y éste, con un zurdazo inapelable pegado al palo, anotaba el 3-0 que dejaba la final vista para sentencia. Pero aún faltaba el colofón. En el minuto 88, Kanouté recoge un rechace de Schwarzer a disparo de Jesús Navas y empuja el balón al fondo de las mallas por cuarta vez. El resultado quedó entonces en 4-0, el más abultado de todas las finales de la UEFA desde que se disputa a partido único.

Al finalizar el encuentro, euforia desatada en toda la legión hispalense desplazada a Eindhoven, y el Sevilla que entra en el olimpo europeo con su primer título continental.

¡Gracias Sevilla!


[ Fotos: Marca.com ]

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